El volcán Teuhtli es uno de los menos famosos y más antiguos de Milpa Alta, tanto que los colonos ya no lo ven como una amenaza y les parece más como con una montaña entre los cerros. En sus faldas hay árboles grandes y frondosos y más abajo milpas que nos dan una idea del tiempo que lleva dormido. Pero hubo un tiempo en el que fue un monolito temible. El Teuhtli pertenece al tiempo en que los volcanes gobernaban el Valle de México. Y su fama ha estado siempre bajo la clara sombra del Izta y el Popo.

volcan-tehutli-xochimilco

Volcán Teuhtli visto desde Xochimilco. Foto: Wikipedia

El Teuhtli es un volcán de tipo hawaiano y con formación de escudo, eso quiere decir que su diámetro es mayor a su altura. Se levanta a 2710 metros sobre el nivel del mar, casi la mitad del Popocatépetl, pero no por eso es menos peligroso. Aunque las erupciones de los volcanes de este tipo no son tan violentas, sí producen mucha lava. Y la lava que despiden es tan líquida que antes de solidificarse puede recorrer hasta 12 km. causando destrozos a su paso. Por eso, a pesar de estar apagado, es un volvan que merece nuestro respeto. No por nada su nombre significa “venerable señor”. 

La leyenda del Teuhtli

Como casi todas las leyendas prehispánicas que conocemos, la del volcán Teuhtli es una combinación de la cosmogonía prehispánica y la tradición cristiana. Hay quienes dicen que los volcanes son los cuerpos petrificados de gigantes que vivieron en la era de Atonatiuh o “Sol de agua”. Otros dicen que son personas a quienes los dioses les concedieron la inmortalidad debido a sus proezas. En lo que muchos están de acuerdo es en que entre el Teuhtli, el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl existe un eterno triángulo amoroso.

Según la leyenda, Teuhtli era uno de los guerreros más poderosos. Su estilo de pelea era único: combinaba fuerza y fiereza de forma tal que sus enemigos, cuando no morían quemados o degollados, huían corriendo. Tezozómoc, señor de los tepanecas, le tenía tanto respeto que le prometió la mano de su hija Iztaccíhuatl.

senorios-tepanecas-teuhtli

Los señoríos que rodeaban el Valle de México. Foto: Arte y apunte

Lo que Tezozómoc y Teuhtli no sabían es que Iztaccíhuatl estaba enamorada de Popocatépetl, un guerrero también poderoso, pero cuya fama no había crecido tanto como la de su rival. La noticia de esto no tardó en llegar a oídos de Teuhtli, cuyo odio hacia Popocatépetl se fue formando hasta que reventó el día en que un extraño enemigo decidió atacar el señorío tepaneca de Azcapotzalco.

guerra-azcapotzalco-tehutli

Guerra de Azcapotzalco. Foto: La hormiga en línea

Durante la batalla, Teuhtli y Popocatépetl decidieron unir fuerzas para proteger al reino. Sabían que si mantenían su rivalidad en batalla, ni ellos ni Iztaccíhuatl iban a sobrevivir. Así, en un momento decisivo, cuando las tropas tepanecas estaban débiles, Teuhtli le pidió a Popocatépetl que fuera por Iztaccíhuatl y huyera con ella. Que la salvara. Así lo hizo el Pop y dejó que Teuhtli siguiera peleando solo.

El nacimiento de los volcanes

La pareja caminó durante dos días sin parar. No tenían agua, comida, ni descanso y sus cuerpos no pudieran seguir más. La segunda noche del viaje, Iztaccíhuatl murió en brazos de Popocatépetl, quien permaneció a su lado hasta el final. Allí sus cuerpos se cubrieron de nieve hasta formar las montañas que queremos tanto hoy. Por su parte, Teuhtli seguía luchando hasta que lo hirieron de muerte.

foto-volcan-teutli

Volcán Teuhtli visto desde una milpa en Milpa Alta. Foto: Biciraptor

Con sus últimas fuerzas, Teuhtli caminó para ver si en el camino encontraba a Iztaccíhuatl y Popocatépetl, pero la muerte lo encontró primero. De su cuerpo brotó un volcán y en su cráter nacieron manantiales que nutrieron las milpas que hasta hoy lo rodean. De hecho, cada temporada de lluvias, algunos vecinos de Milpa Alta se reúnen en la cima del Teuhtli para pedirle que interceda por ellos y les mande el agua suficiente para que sus tierras produzcan buenos frutos. 

.

Más en Local.Mx

Estos son los volcanes de la ciudad que uno puede subir, rodear u observar de lejos