El gorrión serrano es un ave pequeña que sobrevuela bajito el cielo de Milpa Alta. Bajito, porque el gorrión serrano (o Xenospiza baileyi) anda de pastizal en pastizal solamente en Milpa Alta y La Cima, el terreno aledaño, exactamente en el límite con Morelos. En las orillas de la Ciudad de México. Lo curioso es que esta ave puede parecer de lo más conocido y familiar, pues se parece mucho al gorrión común que aquí vemos desde la ventana o come del alpiste del balcón. El gorrión serrano no es común, es extremadamente raro.
Es un pájaro pequeño. Su plumaje es color café rojizo, tiene diminutas vetas negras, grises y blancas y a veces luce afelpado. Suelen andar solos en los zacatonales del campo o algunas veces en pequeños bandos, de 4 0 5, cantando en distintos tonos. Depende la época del año. Los machos son territoriales y no paran de cantar durante la época de cortejo, que inicia en marzo y termina en agosto. Así delimitan territorios; con su canto de notas rápidas y suaves y melódicas, más serenas que la del gorrión común. –Como si su carácter bucólico, frente al citadino del gorrión común así lo determinara.
La población del gorrión serrano es pequeña. Hay alrededor de 8 mil de ellos y todos están aquí. En los límites de esta ciudad y Morelos y en puntos muy pocos y precisos de la sierra de Durango. Su estado es crítico; esta especie se encuentra en riesgo de desaparecer por siempre. No se debe a la urbanización sino a la agricultura, que también destruye hábitats. Pues la mayoría de los pastizales donde solían anidar, se han convertido en cultivos.
Definitivamente, en el paisaje más urbano que habitamos de la Ciudad de México no encontraremos uno de estos pájaros, pero es parte de la fauna local. En esos territorios cercanos a los volcanes (que sólo a veces vemos ya) el gorrión serrano convive con el teporingo, ratones de campo, algún halcón.
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