En 1947 se instauró el Museo Nacional de Artes Plásticas dentro del Palacio de Bellas Artes, dejando poco espacio en su agenda para el arte moderno. No sería hasta 17 años después que el INBAL abriera un recinto museístico dedicado a la específica promoción de este: el Museo de Arte Moderno.
El 20 de septiembre el MAM cumplió 58 años de su apertura como uno de los espacios de arte más emblemáticos de la Ciudad de México.
Ubicado en el Bosque de Chapultepec, el diseño del nuevo museo de la ciudad estaría a cargo de los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares, quienes lo concibieron como un espacio flexible en cuanto a los posibles usos, áreas de exhibición y circulamiento. “El objetivo era difundir el arte contemporáneo que comenzaba a aparecer en la escena del arte mexicano y dar cabida a las nuevas generaciones de artistas y sus novedosas expresiones”.
Con una forma orgánica, el MAM quebró con las reglas de ese entonces: no tenía ninguna integración artística en su fachada o interiores; era una estructura moderna lista para ser moldeada por el arte que iba a contener. Por sí solo el museo era ya una pieza valiosa de arquitectura.
“La inauguración del MAM marcó un cambio en la imagen en la que el Estado Mexicano se promocionaba a sí mismo. Esta inauguración, con una muestra inaugural de Rufino Tamayo y no con artistas de la Escuela Mexicana o alguno de los muralistas, vindicaba un ánimo de época y una voluntad oficial en sincronía con el progreso internacional”.
El jardín de esculturas fue otro paso más adelante a alejarse de la tradición del museo mexicano, pues mostraba como “el arte salía a la calle”, una nueva manera de contemplación y de actividad social.
El MAM cambió la escena cultural de la Ciudad de México mucho más de lo que se le da crédito hoy en día, pues que al inaugurarse, se expandió la oferta artística a los capitalinos, y a los artistas un espacio donde desarrollarse.
Museo de Arte Moderno, Paseo de la Reforma y Gandhi s/n, Bosque de Chapultepec. Martes a domingo, 10:15 am – 5:30 pm.