Una de las estaciones de metro más transitadas por estudiantes, oficinistas sureños y uno que otro curioso citadino, es Copilco. Ahí, entre escaleras eléctricas y paredes mal iluminadas, se encuentra una obra de arte. A pesar de que sus detalles brincan a la vista, pocas personas se detienen a observarla con cuidado. Hecho con una técnica de acrílico sobre fibra de vidrio, este mural tiene la ventaja de que puede restaurarse fácilmente. Se trata de El perfil del tiempo, realizado por Guillermo Ceniceros en 1988.
El mundo en un mural
El perfil del tiempo cuenta, en mil metros cuadrados, los hechos históricos que cambiaron el rumbo de los continentes europeo y americano. Este mural abarca el espacio de los andenes de la estación Copilco en ambas direcciones, Universidad e Indios Verdes, así como parte de las escaleras. Quien se tome el tiempo de observarla notará que es una obra realmente ambiciosa. Empieza con augurios sobre cosas terribles, luego viene la aparición de un cometa que suponía el regreso de Quetzalcóatl. Hay barcos que llegan desde lejos, cañones, rifles, perros. En un lado, América; en el otro, el resto del mundo.
Ceniceros plasmó elementos característicos de las culturas americanas. Es posible ver un fragmento de las pinturas rupestres de la cueva Cuesta de Palmarito, así como figurillas de la era preclásica mexicana. No falta un mural de Bonampak frente a uno egipcio. También hay un pectoral de oro de Mictlantecuhtli, dios de la muerte, y piezas de diversos estados mexicanos y de Honduras.
A estos elementos les siguen un mural de Cacaxtla y otro de Tenochtitlán, así como un textil del pueblo guna
. Además, hay piezas representativas de los aborígenes de Estados Unidos, sobre todo de Alaska, y Canadá. Hay que poner mucha atención a los muros que adornan las escaleras de la estación, donde Guillermo Ceniceros plasmó algunas obras y artistas que han marcado el rumbo del arte. Entre ellos están la Gioconda, José Guadalupe Posada, Diego Rivera y Picasso, entre otros.
Quizá la parte más bonita del mural de Metro Copilco sea la dedicada a los navegantes, cartógrafos y astrónomos. Ahí, personajes como Ptolomeo, Enrique el Navegante o Marco Polo hacen su aparición. Adicionalmente, hay piezas representativas de África, Cambodia y Grecia, de la India y de Egipto.
Guillermo Ceniceros: el artista del metro
Los muralistas no son solo aquellos nombres que conocemos de memoria. Guillermo Ceniceros nació en 1939 y fue un colaborador muy cercano de David Alfaro Siqueiros
en algunos de sus murales más importantes, como La marcha de la humanidad en el famosísimo Polyforum Cultural Siqueiros. En 1969 ganó el Premio Nacional de Pintura, que otorgaba la Secretaría de Educación Pública. Curiosamente, Ceniceros casi siempre creó sus propias herramientas de trabajo. Dado que su padre trabajaba con la madera para hacer muebles y juguetes, esto le sirvió a Guillermo para expandir los horizontes de su técnica con la pintura.
Ceniceros es también conocido por haber hecho el mural que adorna el metro Tacubaya. Esta obra y El perfil del tiempo le valieron ser nominado al World Art Competition en 1991. Alguna vez declaró que “si bien la estación Copilco no es un museo, se convirtió en un lugar de musas”. Estamos de acuerdo, aunque a veces las musas se escondan entre multitudes.