Como motivo de orgullo y resiliencia entre los vecinos de la Lagunilla, el Deportivo Guelatao, es considerado un verdadero oasis para quien reside en el área del Centro Histórico.
La historia del Centro Social y Deportivo Guelatao se remonta a mediados de los años setenta, pero aunque durante décadas enteras fue abandonado a su suerte, siempre ha gozado de una posición privilegiada en el corazón de los capitalinos, sobre todo de los jóvenes que viven cerca de ahí y aprovechan el espacio libre de la violencia externa.
La edificación brutalista es presa fácil de la vulnerabilidad telúrica de la zona, pero el Deportivo Guelatao se niega a darle la espalda a sus fieles visitantes y hoy en día se encuentra de pie, pese a las adversidades.
El asentamiento que hoy ocupa el Centro Social y Deportivo Guelatao data de 1905. Ahí se estableció el Antiguo Mercado de la Lagunilla, el cual operó durante más de medio siglo hasta que el exceso de comerciantes lo obligó a fraccionarse en cuatro cúpulas, mismas que prevalecen hasta nuestros días.
No sería sino hasta 1975 que el Guelatao abriría oficialmente sus puertas, ofreciendo un recinto de esparcimiento y refugio no solo a los propios habitantes de la Lagunilla ya que otros barrios aledaños, como el de Tepito o Morelos, también se vieron beneficiados. Durante el mismo año de su apertura fue sede de los Juegos Panamericanos, y entre sus paredes han entrenado medallistas de talla olímpica como Daniel Aceves Villagrán, quien en Londres 1984 se hizo de la medalla de plata en la disciplina de lucha greco-romana.
Arquitectónicamente hablando, el Deportivo Guelatao obedece tanto a la crisis económica que atravesaba México en los setenta; como a la corriente estilística dominante de la época: el brutalismo. Junto a otras importantes edificaciones capitalinas, como El Auditorio Nacional o El Colegio de México; El Deportivo Guelatao se erige como un gigante de hormigón armado, que responde a los elementos distintivos de la corriente arquitectónica europea: uso masivo de concreto, geometrías angulares repetitivas y la permanencia intencional de sus soportes de construcción.
A pesar de ser uno de los consentidos del barrio, lo cierto es que el Deportivo Guelatao, alguna vez considerado como uno de los centros deportivos más importantes de Latinoamérica; cayó en un periodo de olvido que duró poco más de 40 años.
Ya entrados en el 2017, sería el gobierno en turno de la ahora Alcaldía Cuauhtémoc quien tendería la primera mano amiga al Deportivo Guelatao. Le dotaron con aparatos nuevos y pintaron algunos muros; sin embargo, eso no ayudaría al edificio de 7 pisos la tarde del #19S, cuando la ciudad se cimbró tras un sismo de magnitud 7.1.
Afortunadamente, el ‘Centinela de la Lagunilla’ no cedió en aquel verano del 2017, pero sí sufrió importantes daños estructurales, sobre todo en la alberca y fosa de clavados. Ello le impidió retomar actividades inmediatamente, hasta que la estafeta se pasó a la siguiente jefatura local.
En 2020 se inició el programa de rescate del Centro Social y Deportivo Guelatao, con una inversión de $17 millones de pesos. Se recobraron varios espacios, como la cancha de baloncesto techada del quinto piso; y se inauguraron otros tantos como la jaula de bateo instalada en la azotea del edificio, con una espectacular panorámica de la CDMX.
El Deportivo Guelatao está en República de Honduras esquina con Ignacio Comonfort, en el corazón de la Lagunilla. Actualmente puedes encontrar talleres de todo tipo y para todas las edades, incluyendo natación, gimnasia, boxeo y yoga. Para beneficio de todos, han renovado sus redes sociales, y puedes seguirlos por aquí.
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