Aunque parezca inverosímil es posible encontrarse con una de estas serpientes venenosas. La víbora de cascabel vive aún en la ciudad, furtiva, para recordarnos tiempos antiguos.

En Ciudad Universitaria, sobre todo en la REPSA y en algunas partes de la zona residencial del Pedregal existe la posibilidad de encontrarse con una víbora de cascabel cola negra (crotalus molossus). En el Ajusco o en el Desierto de los Leones una cascabel transvolcánica (crotalus triseratius). En Xochimilco y hasta en el metro Tláhuac la Cascabel Ocelada (crotalus polystictus).

Es cierto que la serpiente de cascabel es reconocida como la serpiente más venenosa de Norteamérica, pero se llaman así por el cascabel que llevan en su cola, cuya función es avisar que ella misma es peligrosa y así protegerse de mamíferos más grandes.

vibora de cascabel

En realidad, una víbora necesita de una grandiosa energía para generar veneno y no les conviene usarlo para presas tan grandes que no podrá devorar por más que desarticule su garganta. Como lo hacen muchos otros animales, cuando una cascabel muerde a un humano, se trata de un método de defensa porque por no escuchar su cascabel esta -ahora presa- la pisó o asustó.

Pero la que más abunda es la especie del Pedregal de San Ángel y en el verano es cuando hay avistamiento, cuando es posible ver una reptando esos suelos volcánicos. Otra cuarta parte del año la pasa en letargo. Aún así la víbora de cascabel cola negra no tiene muchas víctimas.  Sin embargo, es importante saber, por ejemplo, que en la zona del Jardín Botánico cuentan con antídoto.

O uno se puede topar con piel de serpiente: cada cierto tiempo la víbora muda de piel y a su cascabel se añade un aro más, como un año de vida más, pues es lo que permite estimar su edad.

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