¿Bajo qué condiciones fijamos en la actualidad el valor de un artista? ¿Bajo qué premisas se elige al beneficiario de un premio? Si tenemos en cuenta que hoy en día se valoran sobre todo la trayectoria, la continuidad y las relaciones sociales, es fácil descartar a un artista en favor de otro o simplemente desecharlo. Para el Museo Experimental El Eco el valor es otra cosa distinta e intenta explicarlo en El Tiempo Dirá, una exhibición hecha de la mano del Premio de la Fundación Ricard, creado en 1999 para apoyar a artistas emergentes de la escena artística francesa.

tiempo dirá

Un premio es un sentimiento. Y como todos los sentimientos, acaba desvaneciéndose. “Los ganadores de premio van y vienen, como las estaciones”, dicen Thomas Boutoux y Paola Santoscoy, curadores de la exhibición. Si bien esto es cierto, todo lo que tiene de fugaz lo tiene de catapulta. Un premio abre la ventana a un público más amplio y escéptico, llega a aquellos que solo se fían de las cosas y les dan una oportunidad cuando alguien ya las ha reconocido por lo que realmente son y no por lo que van a ser.

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Ahora, la exhibición se propone retomar este espíritu del premio para llevarlo a las salas. Los artistas seleccionados para exponer son, o artistas muy reconocidos de la escena francesa que ganaron el premio hace tiempo o, por ejemplo, Camille Blatrix, un joven de casi 30 años que ganó el premio hace tan sólo tres años. Además del mix de diferentes trayectorias, continuidades y relaciones, el Museo del Eco juega a esconder los nombres: solamente los que estén verdaderamente interesados en saber quién hizo qué podrán saberlo recorriendo las salas acompañados de un papel. Pero, ¿qué hace un papel interfiriendo entre nosotros y la obra, entre nosotros y el espacio? ¿Acaso no es mejor caminar por las salas sin saber quién hizo lo que estamos viendo, de dónde viene o hacia dónde va?

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Hay tres obras especialmente interesantes en la muestra: una pintura mural a modo de cuadro donde la textura de la pared interfiere en el paisaje, dos montones de pósters con fotografías de skaters patinando y haciendo trucos sobre obras públicas escultóricas, y una instalación hecha con cortinas de baño sobre las que se pueden leer frases como “In sex there is suffering of those who can love and more terrifying dispair of those who are loveless” o “Take off your clothes. Clothes imprison legs and mouth” y que va acompañado del video de la performance de lo que un día sucedió entre ellos. Obras interesantes donde el creador no es lo central. Piezas donde el artista y su trayectoria se revelan desconocidos ante nosotros y la sociedad. Una trayectoria de la que nadie puede adivinar el futuro, solo el tiempo dirá.

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